La
primera siderúrgica gallega, Megasa (Narón), que fabrica acero
corrugado, se esconde tras el holding Bipadosa, creado por una de las
familias de empresarios más importantes de Galicia, y a la vez más
desconocidos; los Freire, a quienes la revista Forbes considera como la cuarta fortuna de la Comunidad Autónoma.
Gallegos
de cuna, -la empresa matriz está inscrita en el Registro Mercantil de
Madrid-mantienen su opacidad ante la opinión pública. Reacios a
participar en el reportaje, Vicente Rivas, de UGT y secretario del
comité de empresa de Megasa, un veterano que lleva casi 30 años
trabajando en la siderúrgica, accede a explicar cómo se desarrolló la
sociedad.
Un emprendedor venido de Cuba
Megasa es la
historia de un emprendedor, Bartolomé Freire Lago, que recién llegado de
Cuba, abre un pequeño taller en la desembocadura en el rio Xuvia, en la
ría de Ferrol, trabajando para el sector naval. Se desconoce si
Bartolomé Freire Lago (1904-1997), montó su empresa con visión de
futuro. Lo que sí está claro es que lo que empezó como un modesto oficio
que consistía en recortar los restos de chapa de acero de los
astilleros de Ferrol, se ha convertido en el siglo XXI en una de las
primeras siderúrgicas del país. Está especializada en producción,
almacenamiento y distribución de acero corrugado (un tipo de material
para construcción que no precisa de tratamiento previo para soldar),
ferralla y otros hierros de construcción.
Negocio con futuro
Fue
en 1933, en plena II República, cuando Freire Lago piensa en grande y
funda la empresa Metalúrgica Galaica. Luego se sumarán sus hermanos
Fernando y Andrés. La actividad aumenta y comienzan a trabajar ya con
hornos de 4,5 toneladas, una colada y dos líneas de producción. El
negocio crece, diversifican y compran Ferrerías de Arcade en Pontevedra,
que en la primera crisis del acero cierran.
Fue una gran
lección empresarial. Quizás por eso la familia Freire Lago se resistió
en plena reconversión industrial, haciendo caso omiso a las presiones
del Ministerio de Industria, a fusionarse con la estatal Sidegasa, un
macro proyecto levantado con dinero público en Teixeiro, en pleno
corazón de Galicia, a finales de los 80. Según Vicente Rivas, era una
empresa que nació muerta. En esa suerte de supervivencia, Megasa
solamente accedió a absorber algunos de los trabajadores de la
siderúrgica estatal.
Gracias a las infraestructuras
“Los
Freire, siempre han tenido visión de futuro, ven desde lejos las
oportunidades y desde luego viven la empresa de manera intensa”, afirma
Vicente Rivas, de UGT y secretario del comité de empresa de Megasa. Eso sí, les afea su nula participación en la vida
vecinal, alejados de asociaciones, clubes de fútbol, actos
conmemorativos, etc. “El trato más cercano que tuvieron con sus
convecinos, y era escaso, fue a cuando vivían encima de la ferretería
del abuelo, en una modesta casa de Narón. De eso hace muchos años. Hoy
viven en Coruña”, comenta Vicente Rivas.
Esa
perspectiva empresarial les ha llevado a acometer dos importantes
hitos: uno, conseguir que la Administración, la dirección general de
Costas, les facilitaran los permisos para rellenar los terrenos de la
ría ferrolana en donde se encuentra la siderúrgica, y otro, aprovechar
las obras de construcción de la autopista que bordea la empresa en
Narón, para hacer una nueva entrada a la factoría. La primera les ha
permitido doblar la superficie de las instalaciones a 90.000 metros
cuadrados y aumentar la producción a más de 600.000 toneladas. La
segunda, mejorar de manera significativa el tráfico de mercancías. Ahora
están pendientes de la llegada de la línea férrea”, nos comenta Rivas.Vicente Rivas, de UGT y secretario del comité de empresa de Megasa.